Libro blanco para la reforma fiscal. Fiscalidad medioambiental.

Esta semana el Gobierno ha recibido el Libro blanco para la reforma fiscal en España, un documento en el que un Comité de 17 expertos lleva trabajando aproximadamente un año. Aunque nuestro sistema tributario varía constantemente, llegando incluso a generar inseguridad jurídica, este Libro Blanco pretende servir de base para una reforma en mayor profundidad del panorama impositivo en nuestro país.

A lo largo de las casi 800 páginas del informe se aprecia como lo que subyace bajo la práctica totalidad de las propuestas es lograr un incremento de la recaudación a través de un aumento en la presión fiscal para ciudadanos y empresas.

Para justificar esta situación, los expertos hacen referencia a que nuestro país se encuentra por debajo de la media de la UE en lo que respecta al indicador de la presión fiscal (concretamente, en España la presión fiscal en 2021 era del 37,5%, mientras que la media de la UE era del 41,3%). Si bien este dato es cierto, es necesario profundizar en lo que representa este indicador pues para su cálculo se ignoran variables como el desempleo o la economía sumergida. De hecho, si tenemos en cuenta estas dos variables y obtenemos la presión fiscal ajustada, España está prácticamente igual que la media europea, sin embargo, si tenemos en cuenta el esfuerzo fiscal (indicador que mide la presión fiscal ajustada por la renta per cápita), España se sitúa 8,1 puntos porcentuales por encima de la UE (según datos del Eurostat).

Estos datos son aún más preocupantes si hablamos de la presión fiscal sobre el impuesto de sociedades, pues en España es un 22,6% más elevada que en la media de la UE (según datos de la Tax Foundation). Por todo esto es sorprendente que el Comité de Expertos del Gobierno abogue por medidas como eliminar los tipos reducidos del IVA, que nos alejarían aún más de la media europea, al suponer las subidas de impuestos un incremento de estos indicadores (aumento que será más acusado por el agravante que suponen factores como la pérdida de poder adquisitivo producida por el incesante encarecimiento del coste de vida).

Cabe también destacar que, además de las propuestas impositivas en los tributos tradicionales como el IVA, el IRPF o los relacionados con el ámbito societario el Libro blanco para la reforma fiscal en España también se ocupa de realizar propuestas para figuras más novedosas como las actividades económicas emergentes o la fiscalidad medioambiental, cuestión en la que nos centraremos a continuación.

Cambios impositivos en materia medioambiental

En este ámbito se estima que las propuestas de los expertos supondrían un aumento de los ingresos fiscales de entre 5.941 millones y 15.023 millones de euros.

Entre las principales sugerencias destacan:

•  La equiparación del diesel a la gasolina e incrementar los impuestos en estos carburantes de forma que su precio llegaría incrementarse un  29,19% y 15,47% respectivamente.
• Una generalización de los peajes en todas las autopistas y autovías de nuestro país, consistente en el pago de un céntimo por kilómetro para vehículos ligeros y de 3 o 4,9 céntimos para vehículos pesados y la creación de un nuevo tipo de “peaje” por el cual los ayuntamientos puedan aplicar una tasa municipal sobre el tráfico para acceder a las ciudades.
• Incrementar el actual impuesto de matriculación teniendo gravando más a los vehículos más contaminantes que de aplicarse llevarían a quintuplicar la recaudación actual.

Si bien es cierto que entre otras cosas, el informe pretende incentivar el uso de la electricidad a través por ejemplo de la supresión del Impuesto sobre el Valor de la Producción al 7%, la mayor parte de las propuestas del Comité de Expertos en lo que respecta al ámbito medioambiental repercuten directamente en la movilidad.

En general se aprecia, como estas medidas rompen el modelo tradicional de fiscalidad medioambiental, pues generalmente esta rama del derecho tributario, no tenía una finalidad recaudatoria sino que buscaba disuadir o incentivar determinados comportamientos, sin embargo con estas medidas se puede apreciar un deseo de cambio del sistema en el que proteger nuestro planeta pasa realmente a un segundo plano

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